Hoy nos ponemos del lado de los perdedores… pero de los buenos. Esos escritores que nunca ganaron el gran premio, pero terminaron siendo los verdaderos ganadores en la vida literaria. Porque, ¿quién dijo que el éxito se mide en trofeos? A veces, perder es la mejor victoria, y hay premios que traen más maldiciones que alegrías. Prepárate para un homenaje a esos autores que, aunque no levantaron la copa, se llevaron el aplauso.