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El asesino de Green River, cuyo nombre real es Gary Leon Ridgway, es un notorio asesino en serie estadounidense que aterrorizó la región de Seattle y sus alrededores durante los años 80 y 90. Ridgway es conocido por ser uno de los asesinos en serie más prolíficos en la historia de Estados Unidos y fue condenado por el asesinato de numerosas mujeres.
Perfil de Gary Ridgway:
Gary Ridgway nació el 18 de febrero de 1949 en Salt Lake City, Utah. Durante su juventud, mostró signos de comportamiento violento y tuvo problemas con la ley. Ridgway comenzó su serie de asesinatos en la década de 1980, apuntando principalmente a mujeres trabajadoras sexuales y adolescentes. Sus crímenes se llevaron a cabo en áreas conocidas como Green River, lo que le valió el apodo de "El asesino de Green River".
Métodos y Víctimas:
Ridgway estrangulaba a sus víctimas, a menudo utilizando ligaduras o sus propias manos. Después de matarlas, abandonaba los cuerpos en áreas remotas, particularmente a lo largo del río Green River. Sus víctimas eran en su mayoría mujeres vulnerables que trabajaban en la industria del sexo.
Investigación y Arresto:
A pesar de ser el principal sospechoso desde los primeros años de la investigación, Ridgway evitó la captura durante mucho tiempo. La policía enfrentó desafíos para recopilar pruebas sólidas que lo vincularan directamente con los asesinatos. Sin embargo, en 2001, avances en la tecnología forense permitieron vincular el ADN de Ridgway con el de algunas de las víctimas. Fue arrestado en noviembre de 2001.
Confesión y Condena:
Para evitar la pena de muerte, Ridgway aceptó declararse culpable de 49 cargos de asesinato en 2003. En el acuerdo de culpabilidad, proporcionó información sobre la ubicación de varios cuerpos de víctimas desaparecidas. Fue condenado a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional.
Legado y Reflexión:
El caso del asesino de Green River arrojó luz sobre la importancia de mejorar la coordinación entre las fuerzas del orden y abordar la violencia contra las mujeres. También destacó los desafíos asociados con la investigación de asesinos en serie y la necesidad de utilizar la tecnología para resolver crímenes.
El nombre de Gary Ridgway perdurará en la memoria de aquellos afectados por sus crímenes y en la historia criminal de Estados Unidos como uno de los asesinos en serie más siniestros.