Mucho se está hablando en estos meses acerca de la crisis sanitaria encarnada por la pandemia de la covid19 y de la subsiguiente crisis económica. Poco se ha dicho sin embargo sobre la crisis civilizatoria que este proceso pandémico revela y contribuye a agravar. El Coronavirus es un signo más del colapso del orden político e ideológico que ha regido nuestras vidas desde la década de 1980. Este orden “neoliberal” o “neopropietarista” se ha puesto en evidencia en algunos de los episodios más trágicos de la debacle sanitaria que hemos vivido: las carencias y la saturación de unos servicios de salud descapitalizados por las políticas de privatización y recorte del gasto público; la mortandad masiva en unas residencias de ancianos convertidas en un negocio rentable a costa de la relajación de las inspecciones y controles administrativos; la falta de recursos materiales para hacer frente a los contagios, debido a las reconversiones industriales y a la nueva división internacional del trabajo instaurada por el ascenso de la globalización neoliberal. Francisco Vázquez