EN MI BOLSILLO
No quisiera morir entre flores
ni entre aplausos, ni entre vítores,
morir es una basura impuesta por la vida,
el final de todo, ¡dicen!
Sería más humano meditar ya por siempre
en espera de un nuevo cargo o de una nueva carga,
de una nueva piel y un nuevo tiempo.
No habría cementerios donde ir a llorar
ni rotas las montañas por esos arañazos
para robarle el mármol donde ponen tu nombre.
Las aguas de los mares abrazan marineros,
¿por que no hacen lo mismo los cielos o las nubes?
y nos suben a ellas, no hace falta morir,
hay espacio en lo azul suficiente y muy amplio.
Enterrar con las manos, cubrirnos de retama,
alguien ha hecho negocio con esos sufrimientos.
Me molesta morir, porque ya estoy muerto
y el frio se me adentra junto a la soledad y al olvido.
Me molesta morir, no me gusta sentir los zapatos podridos,
inmóvil tanto tiempo guardo el traje clavado
en este fondo oscuro que me da la madera podrida,
como yo meditando el suceso.
No me gusta morir, no hay pájaros ni peces,
ni canto ni colores, sólo está mi epitafio,
él es quien me acompaña, siempre dice lo mismo
“se murió como un soplo, el alma en su bolsillo”.
Mi alma está conmigo, yo nací con un soplo
del que me dio la vida, no se muere de un soplo
ni como un soplo muero.
Tan sólo las hormigas dan vida a este soplo
que duerme en mi bolsillo.
Chema Muñoz©
