Eva Ferrer Sabroso un día lanzó una encuesta anónima en una comunidad de emprendedores. Ella quería saber qué experiencia habían tenido con los abogados y casi se echo a llorar: “Gente fría; sin escrúpulos; van a la suya; solo les interesa el dinero; no se les entiende; carentes de empatía: prefieren litigar que negociar; los evito ante todo…”
Cuando Eva lanza “UnaAbogadaDiferente” quería dejar claro con qué tipo de abogada ibas a tropezar.
Decidió “salir del armario jurídico” y rendirse a un ejercicio de la profesión con un toque personal más “flower power”, más conciliador, más humano, más cercano.
Eva Ferrer no es un “rottweiler”, no judicializa sentimientos y no quiero clientes que “amenazan” con un “te las verás con mi abogada”. Al contrario, porque no es una matona del “tres al cuarto”.
Así que si quieres desarrollar una empresa con alma, considera incorporar a un abogado como parte de tu equipo, como una pieza más del puzle de tu negocio. Porque en el mundo de la empresa no tiene sentido llamarnos cuando el problema ya está hecho. Porque debemos ser efectivos antes para intentar evitarlos.