Hace unas semanas hablábamos de la dependencia económica que tiene España del sector turístico, también hace muy poco dedicábamos un especial a la economía después de la pandemia. Ambos expertos, uno del sector turístico y otro desde la economía, nos decían que no hay nada malo de vivir del turismo, que todas las economías que pueden lo hacen, quizás la pega estaría en el modelo turístico que se implanta en cada lugar.
Uno de los ingredientes para dar valor añadido a un destino es la gastronomía. A todos nos gusta probar platos nuevos y típicos de cada lugar y quien dice platos también hablar de vinos. El vino está viviendo una nueva edad de oro, donde bodegas pequeñas están produciendo grandes caldos, únicos y de edición limitada. Cada vez más son los viajeros que buscan disfrutar de buenos vinos allí donde van. España en general y Canarias en concreto, es un lugar donde la variedad enológica es espectacular, podemos encontrar una multitud de variedades de uvas y de tipos de cultivos que la hacen único en el mundo. Y no solo los vinos, mieles, quesos, carnes… ¿Se están provechando estos atractivos? Hoy lo comprobaremos
