En estos momentos estamos siendo testigos de la carrera mundial que tienen ciertos laboratorios para encontrar una vacuna contra el coronavirus causante del COVID 19. Se juegan mucho dinero y, sobre todo, la salud de millones de personas. Se valora ahora la ciencia pragmática, la ciencia aplicada que da resultados a corto plazo. Sin embargo, esta carrera sería imposible sin la discreta y callada ciencia básica que se ha realizado durante décadas. La ciencia es conocimiento y esa ansia humana de saber por saber ha conseguido que se descubran aplicaciones prácticas a descubrimientos que no tenían sentido para sus descubridores años atrás.
Lo mismo sucede con la búsqueda de organismos que puedan ser de utilidad farmacéutica. Hay que buscar moléculas con actividad entre los millones de especies de animales y plantas que habitan este planeta, nunca se sabe donde va a estar esa ansiada molécula o bacteria que pueda curar un tipo de cáncer, por ejemplo.
Por eso nuestra invitada de hoy, como veremos a continuación, busca nuevas especies de microorganismos en cualquier lugar, incluso en las proximidades de los volcanes. Con Ana Raquel Díaz Marrero Grupo de Productos Marinos del Instituto Universitario de Bio-Orgánica Antonio González (IUBO) de la Universidad de La Laguna.
