Cuando hablamos de convivencia pensamos automáticamente en personas, en nuestra interacción con la sociedad, en como nos desenvolvemos entre tantos miles de millones de personas, sin embargo, esta reacción es un poco antropocéntrica, ya que no solo convivimos con personas, es más, con los que menos convivimos son con seres humanos.
A nuestro alrededor existen una multitud de microorganismos que entran y salen de nuestro cuerpo, bacterias o virus que no necesariamente tienen que provocar enfermedades, otros pocos, sin embargo si tienen la capacidad de enfermarnos.
En ocasiones, estos microorganismos viajan a bordo de animales que usan de trampolín para llegar a nosotros, pero no piensen necesariamente en animales exóticos de selvas del Congo. Pueden ser nuestras queridas mascotas.
Otros utilizan nuestros alimentos para llegar hasta nosotros, organismos que se cuelan como un caballo de Troya en los animales o plantas que ingerimos para colonizarnos.
Esto sería la guerra si no fuera por los científicos y científicas que cada día trabajan para evitar esto que se llama Zoonosis.