La presencia del lobo en el refranero popular ha dejado al canis lupus en el imaginario colectivo de todas las épocas. Desde tiempos prehistóricos la rivalidad entre el cánido y el hombre queda patente en multitud de manifestaciones.
Representante de la osadía, de la fuerza y del poder ha cautivado a generaciones de guerreros, los soldados germanos comían el corazón de los lobos para tener virtudes combativas y virilidad. Rómulo y Remo fundadores de Roma fueron amamantados por la mítica loba capitolina. Los romanos veían a los lobos como símbolo de amor y sacrificio maternos, para los griegos encarnaba el valor y en la mitología nórdica alcanza la máxima expresión de ferocidad.