Hoy celebraremos al caer la medianoche, el nacimiento de Cristo, la llegada del Niño Dios que supuso un brote de esperanza para toda la humanidad. Desde él y por él, Occidente floreció y los hombres y mujeres de la Cristiandad hemos alcanzado cotas inimaginables de Libertad, Unión y prosperidad. Porque eso celebraremos hoy, mucho más los europeos y aún más los españoles: no sólo el nacimiento del Hijo de Dios para los creyentes, como el que les habla, sino el nacimiento de nuestra cultura, de nuestra identidad, de nuestra sociedad, de Occidente. Nada en nosotros se entiende sin el Cristianismo y sus valores. En España, y en Europa, el Cristianismo fue la argamasa que forjó nuestra cultura. No se puede entender la música, la pintura, la literatura o la ciencia sin la herencia cristiana. Basta recorrer el Museo del Prado, leer el Quijote o enumerar las Universidades.