Este verano, en un establecimiento público, me quedé observando largo rato una lámpara colgada del techo que emitía una potente luz ultravioleta. Los insectos que se acercaban atraídos por el azul intenso, después de un breve chasquido, quedaban reducidos a cenizas.
Pensé en ese momento, que algo así ocurre con las personas narcisistas. Cuando las conoces emiten una luz tan intensa que resulta casi imposible no acercarse a ellas. De inicio, una persona narcisista resulta muy seductora. Nos atrae con su amabilidad, simpatía, sentido del humor, carisma, capacidad de liderazgo, don de gentes… El narcisista es alguien que suele caer bien enseguida. Nos parece una persona con un montón de recursos que nos hará a todos la vida más fácil.
