Hace unos días, trabajando en terapia, una mujer joven me decía que, cuando está sola, siente una profunda sensación de vacío. Muchas personas viven sin rumbo. Hacen las cosas porque «hay que hacerlas», en lugar de vivirlas conscientemente.
Explorar nuestros valores y clarificarlos nos ofrece un horizonte de sentido vital: qué tipo de persona deseo ser, cómo me gustaría comportarme, cuáles son mis anhelos más profundos, qué cualidades quisiera desarrollar…