La rendición de cuentas espiritual significa la deliberación de un hombre sobre su Torá y sus asuntos mundanos entre su nefesh (alma corporal/lado emocional/voluntad) y su intelecto, para que uno pueda saber lo que tiene y lo que aún debe de sus deberes. En cuanto a las múltiples maneras en que una persona rinde cuentas consigo misma sobre sus deberes hacia Elohim son numerosas. Sin embargo, entre ellas, se expondran treinta maneras mediante las cuales se aclarará qué deberes tiene una persona hacia su creador, cuando los toma en serio y se compromete a reflexionar sobre ellos y recordarlos siempre.
Cuando reflexiones sobre ellos y los juzgues, su luz te iluminará y te rodeará. Reflexiona sobre ellos constantemente. Colócalas frente a tus ojos y delante de tu visión, establécelas en tu corazón y en tu mente; entonces, cuando las revises, verás en ellas lo que originalmente no viste: secretos ocultos y musar espiritual. No pienses que cuando las examines y llegues a comprender el significado de las palabras, ya habrás captado plenamente la materia oculta, porque no la alcanzarás hasta que hayas puesto tus pensamientos en ellas con diligencia y esfuerzo muchas veces y durante mucho tiempo.
Enderezaos a través de ellos, y enderezad a otros con ellos, alcanzaréis la gran recompensa de hakadosh barujú como está escrito: "Y los sabios resplandecerán como el resplandor del cielo, y los que llevan a las multitudes a la justicia, como las estrellas a perpetua eternidad" (Daniel 12:3), y el sabio dijo: "Pero los que reprenden tendrán deleite, y una buena bendición vendrá sobre ellos" (Mishlei 24:25).