Un informe de la UNESCO advierte que la IA no es mágica. Afecta los sistemas energéticos mundiales, los recursos hídricos y los minerales críticos. Más de mil millones de personas utilizan diariamente las herramientas de inteligencia artificial generativa. Cada interacción consume energía que suma hasta 310 gigavatios-hora al año, una cifra equivalente al consumo anual de electricidad de más de tres millones de personas en un país de bajos ingresos.