Esta noche, acólitos del terror, descendemos a un reino donde lo cotidiano se pudre en lo imposible. Un estacionamiento abierto las 24 horas… luces de neón parpadeando, cámaras que no ven nada… y una figura que no debería estar allí. Algo espera entre los autos dormidos. No es humana, pero conoce nuestras formas… y nuestras debilidades.
“La arpía” no grita… susurra. Y una vez que la escuchas, ya no puedes olvidarla.
Apaguen las luces. Silencien el mundo. El horror ha venido a reclamar su lugar. Bienvenidos a Espanto.