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Description

En esta predicación se nos recuerda que ningún fundamento humano —sea la familia, la economía o los logros personales— puede sostenernos plenamente. Solo la presencia de Dios es el fundamento seguro e inamovible que trae estabilidad, dirección y descanso. A través de ejemplos como Moisés y David, aprendemos que no basta con celebrar su presencia: debemos cuidarla con integridad y pasión, permitiendo que el Espíritu Santo transforme nuestras vidas. Un mensaje que nos invita a volver a lo esencial: vivir rendidos al Señor y caminar cada día en su poder. ¿Estás listo para hacer de la presencia de Dios tu fundamento?