Desde una perspectiva simbólica ligada a los ciclos cósmicos, Jano es concebido como la deidad central en el entramado del universo. Su presencia marca el comienzo de diversas actividades naturales y al mismo tiempo cierra otras. Como guardián de los umbrales y protector de las puertas, su influencia es particularmente notable durante los solsticios de invierno y verano.
Hablaremos sobre este dios Jano bifronte, abordando un aspecto poco conocido: su tercer rostro, que no aparece a simple vista, su cara invisible.