Hoy te invito a conectar con tu voz de una manera profunda y liberadora, no desde la exigencia ni el control, sino desde la escucha y el permiso.
En este ejercicio, haremos un escaneo corporal para reconocer dónde sostenemos tensión, exploraremos el contraste entre apretar y soltar, nos daremos un espacio profundo con el cuerpo y permitiremos que nuestra voz aparezca de manera orgánica, sin forzarla. No se trata de "hacer" la voz, sino de dejar que se revele cuando esté lista.
Si sufres por dolores inexplicables de garganta, en el cuerpo y necesitas conectar desde una mirada sensible, amable e informado en el sistema nervioso desregulado crónicamente o traumatizado, esta práctica es para ti.
A medida que vibramos, nuestra voz actúa como un masaje interno, liberando lo que ha estado contenido y despertando una resonancia sanadora dentro de nuestro cuerpo. La vibración no solo libera el sonido, sino que nos sostiene, nos abraza desde dentro.
Así que toma un momento para respirar y sentirte presente. Vamos a comenzar.