Durante sus 25 años de carrera médica, Harold Shipman se convirtió en un respetable médico de familia que trataba a sus pacientes con una atención excepcional. Pero a puerta cerrada, operaba como el Dr. Muerte, e inyectaba a sus víctimas dosis mortales de diamorfina. Analizamos cómo este hombre, que podría haber matado a más de 200 personas, consiguió salirse con la suya durante tanto tiempo.
Learn more about your ad choices. Visit podcastchoices.com/adchoices