Amy Archer-Gilligan abrió una residencia de ancianos en Connecticut en 1907. Al presentarse como una mujer bondadosa y religiosa, pudo reclutar nuevos residentes. Era muy querida en su vecindario y por eso nadie sospechaba que era una asesina fría y calculadora.
Learn more about your ad choices. Visit podcastchoices.com/adchoices