Se podría pensar que una confesión, una condena o incluso una ejecución pueden significar el final de un caso. Pero no siempre es así. John Wayne Gacy pasó seis años asesinando a docenas de niños y jóvenes y enterrando sus restos bajo su casa. Cuando los investigadores recuperaron sus cadáveres, estaban irreconocibles: hijos anónimos asesinados por un asesino en serie. Dos hombres trabajaron durante décadas para devolverles sus nombres.
Learn more about your ad choices. Visit podcastchoices.com/adchoices