Quería ser recordado. Había pasado una vida apartada y olvidada por sus padres, hermanos y compañeros. Odiaba al mundo que parecía tan ansioso por olvidarlo. Así que en 1989 Anatoly Onoprienko empezó a matar a familias enteras al azar, buscando notoriedad y venganza. Y gracias a la caída de la URSS, este ex soviético pudo actuar durante años, ya que las pruebas de sus crímenes fueron barridas bajo la alfombra.
Learn more about your ad choices. Visit podcastchoices.com/adchoices