Eso sí: estaba y está obligado a mantener firmes las riendas de la administración pública federal, sin autoritarismo, a fin de que todas las actividades económicas permanezcan activas e inalterables, generando mayor riqueza. Esto último no se cumple, dentro de un contexto social, económico y político caracterizado por la falta de nuevas inversiones, el miedo a México debido a factores laborales y la inseguridad pública. Asimismo, el estilo personal del presidente ha encendido las luces de alarma en países otrora grandes inversores en el nuestro.