Iniciador de las Sociedades de Vida Apostólica, fundó el Oratorio en Roma, y resplandeció por el amor al prójimo, la sencillez evangélica y su espíritu de alegría, siendo así el Patrono de educadores y humoristas. "El Paraíso no está hecho para los flojos"; “Y bien, hermanos, ¿cuándo vamos a empezar a ser mejores?"