Cuando menos lo pensé se me apareció en mi trabajo. Esa visita había robado miradas y generado preguntas de más. Maribel asistió con una forma de vestir muy discreta a pesar de todo, pero, aun así, su forma de caminar y expresarse, además de sus gestos, llamaban la atención. No hacía evidente su profesión, pero tampoco le ponía ganas en esconderla.
En esa penosa visita, dejó claras sus intenciones.