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Temas a tratar: 

  1. Justos son tus juicios (1:13 )
  2. Dios no olvida (7:27)
  3. ¡Ven! (16:20 )

Desarrollo: 
Llegaremos al final para darnos cuenta que solo es el inicio.

1. Justos son tus juicios

Apocalipsis 22:7 (RVR1960)

“¡He aquí, vengo pronto! Bienaventurado el que guarda las palabras de la profecía de este libro.”

Es bienaventurado aquel que lee este libro en cualquier tiempo.
No es un libro que da temor, es una bienaventuranza.

La biblia dice que Dios está actuando a favor de su Iglesia.

Cuando la biblia dice que los juicios de Dios son verdaderos (Apocalipsis 16:7), vemos el amor de Dios y su deseo por tener un pueblo y restaurar lo que el enemigo robó.

Al ver el mundo como Dios lo entendía, todos diremos a una sola voz: justo son tus juicios.

Nada se escapa a él, podemos filtrar todas nuestras incertidumbres a través de Dios. Podemos descansar en él.

Todos doblaran rodillas y confesarán que él es Señor, él es poderoso (Filipenses 2:10-11).

Vive por fe ahora confiando que sus juicios son justos aun cuando no lo entiendas.

2. Dios no olvida

Leemos Apocalipsis 22:6-7 (RVR1960)

Los cielos retienen a Jesús “hasta” cierto momento (Hechos 3:21 / Salmos 110:1).

Hay un tiempo y Dios lo sabe. Hasta que el número de los que han de ser salvos esté completo (Apocalipsis 6:11).

Si Cristo aún no ha vuelto es por amor.

Leemos Apocalipsis 22:10-13 (RVR1960)

Los cristianos recibirán una corona según sus obras.

La corona es un recordatorio, Dios no olvida.

Cada obra, sacrificio y milla extra, Dios lo recuerda.
Las mismas manos que fueron clavadas en la cruz pondrán una corona en tu cabeza.

Y esas coronas las tiraremos a sus pies diciendo: “Tú eres el único digno de recibir gloria y honra”.

El mundo aún es terco, habrá dificultad, dolor, llanto y enemigos pero para todos los que vencieron estas cosas hay una recompensa.

El que permanece hasta el final será salvo (Mateo 10:16-22).

¿Cómo permanecemos? Confiando en que su promesa es fiel.

Confía en Dios, vive por la fe y por su palabra.

3. ¡Ven!

El árbol de la vida significa que Dios restaura (v.14).
Hay cosas en nuestra vida que son temporales pero Dios al final todo lo restaura.

Apocalipsis 22:16-17 (RVR1960)
“Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias. Yo soy la raíz y el linaje de David, la estrella resplandeciente de la mañana. Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente.”

El espíritu santo, la tercera persona de la trinidad opera en la iglesia. Es Cristo en nosotros.

El espíritu y la iglesia dicen: Ven. En otras palabras, la mesa sigue extendiéndose.

El espíritu está obrando en tu ciudad, en tu familia pero a veces la esposa (iglesia) ha dejado de hacer la invitación.

Nunca dejes de dar la invitación. El espíritu sigue obrando en las personas porque Dios está abriendo el cielo y quiere ampliar la mesa.

No es porque soy un buen cristiano, sino porque él es un gran salvador y por esto yo puedo tomar el agua de la vida eterna gratuitamente.

En comparación a la eternidad, él vendrá (v.20). Aunque para nosotros la espera es larga.

Dios sigue ampliando la mesa.

Cuando nos alineamos con la voz de Dios, entramos en su bendición.

No se trata de que Dios bendiga lo que tú haces, sino de preguntarte: ¿Dios que estás haciendo? Ahí está la bendición.

Dios ahora está invitando a las personas a gozar de la vida eterna con él.

El espíritu dice: ven, la novia dice: ven, yo debo decir: Ven.