Solo yo como único periodista, en la habitación de un hotel de South Beach, con Jennifer Lopez acostada en una cama mientras le hacían un pedicure, responde entre Ingles, Español y Spanglish un poco perezosamente las preguntas de mi ávida curiosidad. Mi desconcierto es no poder entrar en su psique por más que trataba, pues era como una armadura atenta a esquivar cualquier cosa que no fuera hablar de lo que le interesaba, el lanzamiento de su disco de entonces "On The 6".