Una noche, unos ladrones buscaban la manera de entrar en la casa de un hombre que trataba de dormir. El perro de la casa amarrado en el patio comenzó a ladrar. El amo le ordenaba al perro que se callara, pero no había nada que hacer, finalmente sacó su rifle y mató a su perro. Así, a veces Dios nos habla pero nosotros no queremos escuchar...