Cuantas fiestas imaginaste, pensaste, planeaste y de repente, todo pasó sin que te dieras cuenta. ¿Cuántas veces te fuiste de viaje esperando llegar y ya que llegaste, ni disfrutase porque te tenías que regresar? ¿Lo peor? Ni del trayecto te acuerdas. ¿Sabes algo? Esta vida se trata del viaje, no del destino.