Una inflamación es la respuesta automática del cuerpo ante un estímulo
potencialmente dañino. Aunque, por lo general, se percibe como algo
desagradable, esta reacción protege al cuerpo de daños peores.
Los estímulos que pueden provocar una inflamación se pueden clasificar
en tres clases: estímulos mecánicos, como la presión y el calor,
estímulos químicos, como los alérgenos y las toxinas, y estímulos
biológicos, como los hongos y las bacterias