¡Hay tanto en la religión de autoengaño!, que uno se pregunta para qué sirve la oración. Pensamos si Dios todo lo sabe y lo puede, ya que es soberano y nos ama, no hace falta pedirle nada. Él cuida de nosotros. La cuestión es que no es Dios el que necesita la oración, sino nosotros.
Tras la sintonía de Ruta 66, hoy a cargo de una cantante sueca llamada María Wells, escuchamos una canción de una recopilación de música del llamado "Rock de Jesús" de finales de los 60 y parte de los 70 (Electric Holy Land), que ha aparecido ahora en vinilo en una serie de coleccionistas que no está disponible en plataformas digitales. Son discos, la mayor parte autoeditados, pero con sorprendente sonido de la época, como el de Barrie Hobby y los Suite Destiny de 1976. El tema que escuchamos es sobre la oración, "¡Ponte de rodillas!" (Get Down On Your Knees). Nos sirve para introducir la parábola de Jesús sobre la viuda y el juez injusto (Lucas 18:1-8).
El peligro de la autoconfianza se muestra a continuación en la historia del fariseo y el publicano (vv. 9-14), el religioso satisfecho consigo mismo y un individuo corrupto, que en su inmoralidad se ve indigno de presentarse ante de Dios. La sorpresa que nos espera al final de la parábola, es que es el que reconoce su culpa y busca la misericordia de Dios, vuelve a casa justificado.
La canción de Mark Heard, "Estoy llorando de nuevo" (I´m Crying Again 1981) habla del "criminal en mi piel que no vemos y se cree inocente, pero la verdad es como un cuchillo". Las letras de este cantautor americano que estuvo en Suiza con Francis Schaeffer, son conocidas por su gran sinceridad. Murió de un ataque al corazón a los 40 años, cuando empezaba a llegar al gran público con el popular sello de música instrumental Windham Hill, donde grababa su amigo católico Pierce Pettis. Estaba a punto de firmar un contrato con la casa canadiense del cantautor Bruce Cockburn, cuando el Señor se lo llevó a su Hogar eterno.
Un niño no tiene la conciencia de un adulto. Si nuestra fe dependiera de ella, no habría salvación para ellos, pero Jesús dice que de ellos es el Reino de los Cielos (vv. 15-17). Un músico que llegó a la fe a finales de los 60 por Larry Norman, Randy Stonehill, escribió una canción para levantar fondos para la organización de ayuda a la infancia, Compassion International. La grabó con Phil Keaggy y otros músicos cristianos en 1984. En ella se pregunta "¿Quien salvará a los niños?" (Who Will Save The Children?).
El encuentro de Jesús con el joven rico (vv. 18-27) es uno de los episodios más sorprendentes del Evangelio. Lo comentamos ilustrado con algunos diálogos de la película del alemán Wim Wenders, "Tierra de abundancia" (2004), que tiene canciones de Leonard Cohen, a las que añadimos la banda sonora de Ry Cooder para Wenders en "Paris Texas". Es la historia de una chica muy joven interpretada por Michelle Williams, hija de misioneros en Israel, que vuelve al país donde nació, para ayudar a un pastor afroamericano que atiende a personas "sin techo" en Los Angeles. Su sencilla fe contrasta con la opulencia de la sociedad norteamericana y la paranoia de un tío obsesionado por el peligro del terrorismo islámico.
Frente a nuestra autoconfianza, Jesús nos presenta el camino de la cruz (vv. 28-34). La canción del grupo The Choir nos lleva al sacrificio de Jesús en un tema que esta banda de rock alternativo, nacida en torno a la Capilla Calvario de la Revolución por Jesús en 1983, grabó en el que es para muchos, su mejor disco (Circle Slide 1990). La curación del ciego que cierra el capítulo 18 de Lucas nos muestra cómo "la luz de su amor" nos permite ver el mundo con otros ojos. La expresión del Evangelio es tomada por el grupo escocés Simple Minds en un disco lleno de lenguaje religioso, "New Gold Dream" (1982), donde Jim Kerr canta con la pasión de una oración que le ilumine su luz (Glittering Prize).