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"Alguien dirá: ¿No dijo Jesús que para ser salvo hay que ser como un niño pequeño? Desde luego, pero ¿has visto alguna vez un niño que no haga preguntas? Los que dicen esto no deben haber escuchado nunca a un niño pequeño, ¿o nunca lo han sido? De lo que habla Jesús, es que cuando el niño recibe la contestación adecuada, acepta la respuesta", dice Francis Schaeffer en su famosa ponencia en el congreso de Lausanne en 1974.

En este programa nos acercamos a este texto del Evangelio según Mateo (18:1-9) con la canción de Lenny Kravitz, "La fe de un niño" (2011). El hijo de una actriz cristiana afroamericana de las Bahamas y padre judío de Ucrania, promotor de jazz que trabajaba de productor para la televisión, dice que cree en "Jesucristo porque es el rey de los judíos a la vez que nuestro Salvador", que se reveló a él cuando tenía 13 años. Más cercana todavía a las palabras de Jesús es la canción de Jars of Clay, "Como un niño" (1994). Estas Vasijas de Barro son uno de esos grupo evangélicos basados en Nashville que no solemos poner en el programa, pero que reflejan fielmente el texto bíblico, aunque sin demasiada creatividad.

Alguien que ha salido de ese trasfondo evangélico, pero que no logra olvidar la Biblia, es Marcus Mumford, hijo de un dirigente de la Comunidad de la Viña en Inglaterra, casado con la actriz Carey Mulligan. En su canción "Bajo mis píes" (2012) se ve "perdido" como la oveja de la parábola de (Mateo 18 (vv. 10-14), cuando "Jesús dijo que todo estaba bien" y le pide que "mantenga sus ojos para servir y sus manos para aprender". También se ve como "una oveja perdida", el escocés Stuart Murdoch de Belle & Sebastian en su canción "Soy un loco" (2003). Cuando la revista "Vice" le dice que han leído en alguna parte que es cristiano, pero que se hace preguntas, contesta: "Soy un cristiano convencido que va a la iglesia y cree en los fundamentos del cristianismo, pero le interesan otras religiones".

Pocas películas han logrado reflejar la genuina fe de un predicador pentecostal con todo su fervor y contradicciones, como la única que dirigió Robert Duvall, "El apóstol", que recibió en España, el confuso título de "Camino al cielo" (1997). El actor que hizo de "consigliere" de "El Padrino" se crio en la iglesia pentecostal y volvió a conectar con el Señor, un domingo por la mañana en la Iglesia Bautista Abisinia del Harlem, al volver a oír el himno "Oh, qué amigo no es Cristo". Su película es una singular declaración de fe ante la adversidad de lo que ahora suelen llamar "nuestros propios demonios", cuando el pastor que interpreta, mata por celos al líder de jóvenes de su iglesia, cuando descubre que tiene una relación con su mujer, que encarna la inolvidable "Ángel de Charlie" de nuestros sueños lúbricos adolescentes, Farrah Fawcett, poco antes de morir.

La madre del personaje de Duvall es la entrañable June Carter, que hace la esposa de Johnny Cash poco antes también de partir con el Señor. Por si esto fuera poco, es T-Bone Burnett, el músico de Bob Dylan convertido al cristianismo, productor y compositor de tantas bandas sonoras, quien selecciona las canciones. José de Segovia no puede ocultar su entusiasmo por esta película, tan difícil de encontrar hoy en día. La canción con la que despide el programa habla también de "Hacer sonar las campanas" por esas "ovejas perdidas" en ese maravilloso disco de Dylan que es "Oh, Misericordia" (1989). Seguiremos hablando de este capítulo de Mateo en nuestra próxima parada en esta Ruta por los 66 libros de la Biblia...