Si estas leyendo esto es porqué en algún momento te ha dado miedo a vender.
Yo se lo que se siente.
Tengo al prospecto ideal enfrente de mi, me esta viendo y empiezo a sentir cómo el corazón se me agita. Te sube la sangre a la cabeza y en menos de lo que canta un gallo, ya se te trabó la boca.
No sabes que decirle.
¿Pedirle la tarjeta de crédito?
¡JAMAS!