Los paperos y cebolleros (especialmente cartagineses) se enfrentan a una situación crítica: importaciones masivas de esos dos insumos de la dieta costarricense versus precios bajos y dificultades para vender sus productos.
A finales del año pasado los productores de Tierra Blanca clamaban porque mientras ingresaban masivamente cebollas de Perú y China, ellos tenían 700 mil kilos de producto embodegados, sin poder colocarlos. Esta situación se mantiene hoy y, obviamente, tira los precios hacia abajo.
La crisis ha llegado a tal grado que las familias productoras enfrentan problemas con las empresas proveedoras de insumos, los préstamos bancarios, el pago de planillas y los consecuentes despidos.
Las pérdidas económicas se traducen pues, en procesos de quiebra, y problemas de salud mental y por ello urgen decisiones de restricción de importaciones, apoyo financiero y compromiso estatal para encontrar mejores condiciones y nuevos mercados.
Para conocer este drama de primera mano conversamos con Fernanda Leitón, agricultora de Llano Grande, Alberto Cedeño de Aproflor y Adonay Leitón, presidente de la Asociación Cámara de Agricultores.