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En un contexto de supremacía absoluta del partido en el gobierno (MORENA) y de una popularidad altísima tanto del expresidente López Obrador, como de la mandataria Claudia Sheinbaum, México celebró este domingo la primera fase de un proceso electoral inédito en el mundo democrático: la selección mediante voto popular de jueces, magistrados y ministros que integrarán el Poder Judicial a partir de setiembre.

Según el mando en ejercicio es una medida para limpiar de corrupción al Poder Judicial y acercar los jueces al pueblo. Pero de acuerdo con no pocos especialistas el objetivo es otro: alinear el Poder Judicial a los intereses del Ejecutivo eliminando el último contrapeso institucional relevante al poder presidencial. Por eso el editorial del Washington Post calificó este salto como "un riesgo crítico para la independencia judicial y la democracia..." Por eso, precisamente es que se trata de un proceso inédito en las democracias del orbe.

Los resultados de una jornada complejísima -con seis categorías de elecciones federales y diversas elecciones locales que hacían dificilísimo para los electores contar con un voto informado para escoger a los centenares de candidatos (muchos totalmente desconocidos, sin experiencia en la judicatura y hasta con manchas en sus hojas de vida, etc.) se conocerán en su totalidad hasta dentro de unos días.

Y si así no se escogen magistrados y jueces en el mundo democrático, ¿qué llevó a creer a la mayoría de los mexicanos que este experimento populista funcionará?

Las vulnerabilidades y deficiencias del Poder Judicial son en extremo complejas, pero la experiencia indica que deben resolverse desde la convicción del fortalecimiento de su independencia en el sistema de pesos y contrapesos y no desde la sujeción al poder político de turno.

En un contexto así merece la pena aprovechar y observar nuestro Poder Judicial, diseñado en el siglo XIX y obligado a responder a los cambiantes entornos de una actualidad delicada y peligrosa, tomando en cuenta las amenazas de la delincuencia organizada y también la acritud que muestra Zapote para con el Poder Judicial, el OIJ y el Ministerio Público. Para ahondar en esta temática conversamos con el expresidente del Poder Judicial y magistrado constitucional, Fernando Cruz Castro.