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Lo estamos viendo en Estados Unidos, Argentina, Nicaragua, Turquía y Hungría: populistas autocráticos lanzan campañas de desprestigio, desinformación y acecho contra las universidades. El objetivo es desacreditarlas como instituciones y de paso desacreditar, disminuir y anular la crítica y la libre expresión de ideas y opiniones versadas y -en algunos casos- incluso hasta cerrarlas, ya que amenazan su ejercicio de control y poder.

Las universidades funcionan con reglas claras, autonomía, un régimen de libertades y financiamiento. Donald Trump tiene bajo ataque a centros de educación superior, de prestigio que han generado duras acusaciones, litigios judiciales, eliminación de programas de becas, miedo y amedrentamiento; mucho amedrentamiento que se traduce en sujeción y silencio.

Aunque no en todos los casos. La prestigiosa Universidad de Harvard resiste, pese a que le congeló más de $2,600 millones en fondos federales para investigación y solicitó a las agencias federales terminar contratos por $100 millones con la centenaria institución. Y por ahora, un juez federal suspendió el impedimento impuesto para recibir estudiantes extranjeros.

Si ponemos el foco en Costa Rica, en los últimos tres años las universidades públicas han sido colocadas en la lista de "ticos con corona".

Durante la negociación del Fondo Especial para la Educación Superior (FEES) del año pasado la acusación fue que no había que darles más recursos porque eran "para satisfacer los caprichos de los faraones de las universidades públicas".

Claro que no todo en la agenda de las universidades tiene buena calificación. Hay que mejorar más el manejo de recursos, la falta de planificación a largo plazo, las prácticas institucionales rígidas y las acciones concretas para ayudar a atender la crisis estructural de la educación en el país. Pero estos son desafíos que no se resuelven con ataque permanente que no abona al mejoramiento de un mecanismo esencial para la movilidad social.

Acerca del presente y los retos de nuestra educación pública superior conversaremos con el rector electo de la Universidad Nacional, Jorge Herrera Murillo.