Durante una caminata del Gran y Bendito Profeta Jesús hijo de María (La Paz de Dios sea con ambos) un hombre, reconocido por su pecado, inmoralidad y faltas evidentes, le vio andar junto con sus apóstoles y sintió en el fondo de su corazón el ardor del arrepentimiento, llorando con sinceridad por todo lo malo que había hecho y decepcionado por no contar con ninguna acción buena en su haber, elevando una súplica a Dios, pidiendo el perdón por sus malas acciones y sobre todo por haber decidido siempre abalanzar su vida hacia el camino de la falsedad y rogó a Dios el que al menos por la presencia bendita de Su profeta amado, le diese la oportunidad de seguirle en su andar por las calles, al menos para poder recibir de esta manera la bendición de estar cerca del Espíritu de Dios. Es así como uno de los apóstoles al verle como este hombre pecador les seguía, dijo algo a Jesús, lo cual desencadenó una revelación el cual cambiaría el curso de la vida tanto del arrepentido pecador como del apóstol. Sigue hasta el final y entérate de lo que ocurre y de qué gran lección nos deja esta historia.