“No hay tregua”. Es una frase que usamos comúnmente para decir que ya no hay más oportunidad, que ya se ha acabado el tiempo, que ya no se puede seguir adelante o que ya todo está por terminar. Por otro lado, puede también usarse como una advertencia hacia una última oportunidad en una batalla. Otros usan la expresión: “No más tregua” para explicar que ya no hay nada más que se pueda hacer en una relación, discusión o situación.
¿Te imaginas si la vida se viviera de está manera, sin treguas? Simplemente, no podríamos vivir porque la vida está llena de oportunidades y de treguas. Es más, la Biblia dice que la misericordia de Dios se renueva cada mañana. De modo que siempre hay una tregua disponible a través de Él. Dios es el Dios de las oportunidades. En Él sí hay tregua siempre y cuando vengamos a Él con todo nuestro corazón.
Si Dios nos otorga una tregua ¿por qué no podemos otorgarla fácilmente a los demás? Nos es difícil otorgar una tregua hacia otros debido a nuestro egoísmo y a nuestro pecado. Sin embargo, recordemos que por gracia hemos sido perdonados y por gracia lo debemos hacer con los demás. Así que, “otorga la tregua que otros tanto están esperando de ti hoy”. La Biblia dice en Proverbios 17:9, “Cuando se perdona una falta, el amor florece, pero mantenerla presente separa a los amigos íntimos” (NTV).