La enmienda número 18 de la constitución de los Estados Unidos, prohibió las bebidas alcohólicas en 1920, pero la enmienda número 21 revocó dicha enmienda después de trece años. En otras palabras, la prohibición de la legalización del alcohol falló.
Ese ejemplo en la legislación enfocado en la moralidad probó que el alcohol no es el problema, como tampoco lo son las armas, el sexo, o cosas semejantes. El problema es la falta de dominio propio. La Biblia también afirma que el dominio propio o el auto control, no puede ser legislado.
Afortunadamente, Dios ofrece vivir en nosotros y controlar nuestros deseos con el poder de Su divina presencia para beneficio nuestro y de aquellos alrededor de nosotros. Cuando nos rendimos a Su Espíritu transformador, nos damos la oportunidad de ser más como Cristo. La Biblia dice, “Porque no nos ha dado Dios un espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio, (2 Timoteo 1:7, RV1960)”
— Dr. Rolando D. Aguirre