Leí el otro día que se requieren diez años para dominar una rama de conocimiento. Eso es usualmente para alguien que estudia el tema de corrido hasta su postgrado y trabaja en esa área tiempo completo como vocación.
Si le toma a un profesional diez años para dominar fácilmente la información en su área, piensa en cuánto tiempo nos tomaría el dominar el conocimiento de la Palabra de Dios si solo invertimos cinco minutos diarios en dicha tarea. Si queremos experimentar lo que dice la Biblia, dejar que nos transforme y que cumpla lo que dice que hará, debemos hacer del estudio de las Escrituras una prioridad.
Entre más dediquemos tiempo para conocer las riquezas de la Biblia, más conoceremos las maravillas de Su autor. La Biblia dice, “¡Oh, cuánto amo tus enseñanzas! Pienso en ellas todo el día. ¡Qué dulces son a mi paladar tus palabras! Son más dulces que la miel”, (Salmo 119:97,103, NTV).