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Description

En el año 2022, durante una cena de Acción de Gracias en Nueva York, una familia dejó intencionalmente una silla vacía en honor a su hijo militar desplegado en el extranjero. No era solo un gesto simbólico. Antes de cenar, oraron por él y por todos los ausentes. El acto fue visto por una vecina que replicó la idea en su iglesia. Pronto, cientos lo imitaron en sus comunidades como símbolo de memoria, amor y esperanza.
A veces, una ausencia enseña más que mil palabras. Nos recuerda a quién extrañamos, pero también a quién esperamos. El Señor Jesús habló de Su regreso y nos enseñó a vivir con una “silla preparada” para Él: un corazón atento, una vida ordenada y una fe activa.
Cada vez que dejamos espacio para Dios en nuestra rutina, en nuestra mesa, en nuestra conversación, estamos recordando que no todo está completo sin Él y al mismo tiempo, abrimos lugar para reconciliarnos con aquellos que hemos distanciado.
¿Hay alguna “silla vacía” en tu vida que debas llenar con oración, perdón o expectativa santa? Hoy puede ser el día para hacerlo. La Biblia dice en Apocalipsis 3:20: “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo…” (RV1960).