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Description

Recuerdo que cuando estaba pequeño, mis padres me llevaron al conservatorio para aprender a leer música y tocar algunos instrumentos. A través de los años, me enamoré con algunas piezas musicales, en especial, con aquellas que estaban llenas de notas disonantes. En términos musicales, los sostenidos y los bemoles, son notas que al parecer suenan un poco disonantes pero embellecen las piezas musicales más hermosas.

Así es nuestra vida. Esta llena de “notas disonantes” que si se tocan por sí mismas, no tendrán mucho sentido. Sin embargo, cuando son puestas en la pieza maestra del tiempo, le dan sentido a nuestra melodía, es decir, a nuestra historia. Los sostenidos y bemoles pueden ser la pérdida de un ser querido, una relación desafiante, una enfermedad terminal, un negocio que nunca se dio o un trabajo que no llegó. Pero, esas mismas notas disonantes son las que embellecen la melodía al ser tocada por los instrumentos indicados y en el tiempo oportuno. El escritor y director de nuestra vida sabe dónde se deben tocar y de qué manera se van a escuchar. Las notas disonantes por si mismas no hacen sentido, pero a través del tiempo y hacia el final de la pieza musical todo sonará perfectamente. La Biblia dice, “Mis pensamientos no se parecen en nada a sus pensamientos, y mis caminos están muy encima de lo que puedan imaginarse” (Isaías 55:8a, NTV)