Algunos dicen: “trabajo, trabajo, y más trabajo”. Esa es la vida de muchos. Pero, ¿es el trabajo un castigo de Dios como algunos creen o es parte de Su plan? Bueno, desde el inicio Dios le dio un mandato al hombre de “gobernar la tierra”, es decir, de administrarla. El trabajo no es una maldición sino una bendición otorgada por Dios porque Dios es excelente trabajador.
Se les preguntó a 1,000 personas si estaban satisfechas y felices con sus trabajos. 902 personas dijeron no estarlo. 49 afirmaron que dependía del día. 30 dijeron que estaban satisfechas pero no felices, y solo 19 afirmaron que sí lo eran. Los que respondieron positivamente dijeron que “les pagaban por hacer lo que les gustaba”. En otras palabras, la satisfacción del trabajo esta relacionada con la proporción en la cuál usemos nuestros talentos para trabajar. Entre más usemos nuestros talentos para el trabajo, nos daremos cuenta que se nos pagará por algo que disfrutamos plenamente hacer.
De modo que si no estas contento(a) con tu trabajo, evalúa el uso de tus talentos, pídele a Dios que te abra otra puerta, se fiel en donde estás y Él te bendecirá. Dios honra a los diligentes y no a los perezosos. La Biblia dice, “…Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma”, (2 Tesalonicenses 3:10b, NTV).