Recuerdo haber participado por primera vez en un drama navideño en la iglesia con el papel del ángel que le daba el anuncio a María acerca del nacimiento del Mesías. Disfruté de este papel porque mis líneas de participación eran pocas en toda la narrativa. Luego participé en otros donde me tocaba memorizar más porque la actuación lo requería. Sin embargo, aunque no volví a actuar en mi juventud en los dramas, siempre me ha gustado ver obras de teatro por la trama que se desenvuelve en cada escena del drama.
Pero, como dice un filósofo, ¿qué del drama de nuestra vida? Parece que la vida puede ser comparada también con una obra. Tiene personajes, papeles importantes, diferentes escenas, tiempos, tramas y desenlaces. La pregunta que surge es, ¿qué papel desempañas en el drama de tu vida? ¿Quién es el protagonista principal? ¿quién toma tus decisiones? Bueno, como en toda obra, los personajes son importantes y cobran sentido cuando hacen lo que su autor ha escrito que ellos sean. En este sentido, ¿sabías que Dios ya ha escrito el drama de tu vida? Él conoce tu inicio y tu fin, tus altos y bajos y conoce cada escena por la cual pasarás en tu vida. Entonces, conoce al autor de tu obra y tu drama tendrá un final feliz. La Biblia dice, “Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué…”, (Jeremías 1:5a, RV1960).