A través de los años las estadísticas en los Estados Unidos han arrojado que las personas que toman clases de manejo antes de presentar el examen de la licencia salen mejor preparados y con menos riesgos de incurrir en un accidente automovilístico. La diferencia se reporta en un 5% menos de personas que no pierden la vida en accidentes fatales cuando han tomado los cursos de manejo. Al ver la estadística se puede pensar que no es mucha la diferencia. Sin embargo, si hablamos de un millón de personas, serían 50,000 los que no estarían al borde de la muerte gracias a las clases de manejo. Hace la diferencia, ¿verdad?
¿Cuántas veces el entrenamiento que puede ser recibido a través de los principios de la Palabra de Dios podrían salvar muchas áreas de nuestra vida? Yo diría que diariamente e innumerablemente. Sin embargo, pensamos que no hará mucha la diferencia y no tomamos “las clases que Dios nos quiere enseñar” para evitar encontrarnos en riesgos innecesarios y prevenir accidentes en nuestra vida diaria. Hay muchos accidentes que no se pueden evitar pero sí se puede responder apropiadamente a cada uno de ellos. El entrenamiento es supremamente importante y hasta nos puede salvar la vida.
¿Deseas ser entrenado en las clases de manejo de tu vida por el mejor instructor posible? Jesús fue, es y será siempre el mejor maestro. Él prepara el camino, va con nosotros durante el viaje de nuestra vida y nos espera al final de nuestro destino. La Biblia dice en el Salmo 119:105, “Tu Palabra es una lámpara que guía mis pies y una luz para mi camino” (NTV)