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Description

El trabajo cotidiano forma carácter y bendice a la sociedad. No es castigo; es vocación en la que reflejas al Creador. Define cómo tu labor sirve al prójimo y al Reino. Haz excelencia visible y ética incuestionable. Ora por tus colegas, resuelve conflictos con mansedumbre y comparte esperanza con respeto. Resiste la idolatría del éxito y la pereza del mínimo esfuerzo. El descanso sabio protege la misión.
Asume la jornada como altar donde ofreces obediencia y cuando falte motivación, recuerda para quién trabajas. El Señor ve en lo secreto, recompensa lo limpio y usa lo pequeño para grandes propósitos. Recibe este día como oportunidad para obedecer con alegría y entrega tus cargas al abrazar la gracia que levanta. La Biblia dice en 1 Corintios 10:31: “Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios”. (RV1960).