“No hay nada que se pueda hacer” fueron las palabras que escuché en el hospital de la ciudad de McAllen hace algunos años mientras caminaba de regreso de visitar a un hermano de la iglesia. Fui reclutado sorpresivamente por una dama desesperada para orar por su familiar. La señora muy angustiada me dijo: “los doctores me acaban de decir que ya no hay nada que hacer médicamente por mi tía. Está a punto de morir. Ya que usted es pastor, ¿podría orar por ella?” Al notar su desespero y lágrimas, le respondí diciendo: todavía se puede hacer algo más, claro que sí, oraremos por ella. Recuerdo y comencé la oración diciendo: “Dios, terrenalmente no hay nada que hacer pero espiritualmente yo sé que si es tu voluntad, sí hay algo que hacer”. Terminé de orar por la señora quien se encontraba en un coma crítico y salí del hospital rumbo a casa a mis tareas cotidianas.
Pasaron meses y no supe más del estado de esta mujer ya que no le conocía personalmente. Sin embargo, un día, al terminar el culto dominical en la puerta de la iglesia, se acercó una dama muy alegre y emocionada a saludarme. Me preguntó, ¿se acuerda de mí? La verdad no me acordaba de su cara. Ella me dijo: “yo escuché desde muy lejos cuando usted oró por mí en el hospital y dijo, Dios, terrenalmente no hay nada que hacer pero yo sé que si es tu voluntad, sí hay algo que hacer con esta dama”. Le busqué por internet, vine desde la ciudad donde ahora vivo solo para decirle un mensaje, “sí hubo algo que hacer conmigo”.
Así que no pienses que nunca hay nada más qué hacer en la situación que estés pasando. Dios usualmente sí sabe qué hacer. ¿Podrías confiar y tener fe en Él? La Biblia dice en Juan 11:40, “Jesús le dijo: ¿No te he dicho que si creyeres verás la gloria de Dios?”, (RV1960).