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Description

Escuche una descripción de la rampa que asciende en espiral alrededor de la rotonda y de la forma emblemática en la que instalan las piezas de arte en las paredes inclinadas del museo.

Transcript
Male Narrator: En la base de la rampa en espiral se despliega un camino de un cuarto de milla (400 m) frente nosotros en bucles cada vez más anchos. [Light music with xylophone begins.] La rampa asciende de manera constante a unos tres grados, creando un espacio de exposición continuo alrededor de la rotonda. Pero la pendiente no es regular. Hay puntos en los que es prácticamente plana, mientras que en otros lados el ángulo llega a tener 5.5 grados, ralentizando nuestro paso en la subida.

En la rampa más alta del museo, la espiral termina en un pequeño mirador. Arriba, está coronada con el tragaluz. Ver la espiral convertirse en la base horizontal del tragaluz nos ofrece un recordatorio visual de cuán intensa es una pendiente de tres grados. En este punto de unión, podemos sentir la energía de la espiral y su contención [music stops].

Mientras que los bucles inferiores tienen un techo de unos nueve pies (2 metros 70 centímetros) de altura, aquí el techo se abre hacia un tragaluz [light reverberations]. Al ascender al bucle más alto de la rampa, existe una gran diferencia en la altura del techo, que comienza como gran amplitud y termina en un espacio estrecho, donde la energía de la espiral se ve constreñida por el tragaluz.

El suelo no solo está en pendiente, sino que también se encuentra ligeramente inclinado hacia las paredes de la galería. Todos los aspectos de la inclinación del suelo se relacionan con el carácter artesanal del espacio. Puede que note hoyuelos en el suelo, pruebas de la sujeción de esculturas durante las exposiciones. Si las esculturas no se sujetaran de esta forma [footsteps], las vibraciones de los pies que ascienden por la rampa moverían lentamente las obras como si fuesen glaciares.

Los primeros dos niveles de la rampa tienen paredes verticales. Sin embargo, a partir del nivel tres, la pared se inclina hacia atrás, en un ángulo de aproximadamente 105 grados, lo que recuerda la inclinación del caballete de un artista. Esta ligera inclinación es un elemento notorio y emblemático del espacio. Dado que las obras de arte se cuelgan de forma vertical, parecen estar flotando contra la pared, ya que la estructura que las sostiene queda oculta.

En la base de las paredes de la galería, hay otro elemento inclinado: un escalón en pendiente que va desde el suelo a la pared de la galería y tiene por objetivo mantenernos a una cierta distancia de la pared. Lo llamamos “acera”. Incluso con todos estos ángulos, el camino —desde los muros a la altura de la cintura, el suelo y la acera, hasta la pared de la galería— sigue pareciendo un continuo.

[Sparse music with stings begins.] Cualquiera de estos ángulos extraños podría contribuir a una sensación de desequilibrio. Cuando el museo abrió sus puertas en 1959, algunos de sus primeros visitantes pidieron medicamento para al vértigo. Otros, hoy en día, se sienten abrazados por las curvas y los ángulos. Frank Lloyd Wright llegó a escribir: “El diseño en sí le tomará completamente por sorpresa o será precisamente lo que había estado soñando”. La vista nos engaña en este espacio. Los objetos que parecen estar desalineados luego se alinean mientras damos vueltas por el espacio. A medida que nos movemos, nuestros cuerpos se ajustan a todos estos ángulos que nos rodean [music ends.]