Con su bufanda, su abrigote y cubrebocas, nadie reconoce a Gil, y como parece tabasqueño, todos lo tratan muy bien en los territorios del gobierno. Pase usted, qué se le ofrece, le dicen en el Fondo de Cultura Económica. Deme, por favor, unos Vientos del Pueblo y de inmediato cayeron en sus manos unos folletos. Oiga, pero se les mancharon de tinta. No, son los dibujos del Fisgón. Ah, perdón.