Wendy Alicia Martínez está dispuesta a dejar de comer dos de los tres tiempos para ver a su hija convertida en arquitecta. Ha dado su palabra y no piensa retractarse. Wendy es agricultora, especialista en huertos caseros, en los que trabaja junto a su esposo, Santos Díaz. Es madre de dos hijas bachilleres y un hijo pequeño, con quienes vive en la comunidad El Rescate, en Berlín. En su casa comen de la huerta a la que Wendy le dedica la mayor parte de su día. De no ser así, en su casa estarían pasando hambre. “Ahora todo está caro y no hay una fuente de dónde obtener un salario”, lamenta Wendy. “Con mi esposo, nos reímos”. Esa es su manera de afrontar cada nueva subida de precios. “Antes decíamos que con un dólar de papas nos daban de tres a cuatro libras. Ahora nos dan cuatro papas por un dólar”.